viernes, 19 de septiembre de 2008

La velocidad de la quietud

Estoy inmovil
viéndote, soñándote, muriendo de vos
Estoy en el agua turbia que se posa en mis ojos entregados
extrañándote, sintiendo esa pena que a dos manos empuja mis hombros al vacío
Estoy quieto, pero mi mente me lleva todo el tiempo
y no para, me muestra lugares, tus lugares,
y de repente el cielo es gris, el agua sigue allí y vos ya no estás.
Que es esta vida! que es esta quietud que me lleva a los infiernos azules.
Cierro mis ojos para verte y morir sera mirarte eternamente.
Cierro mi alma y un chorro de vida rompe ese muro
y rebalsa el cuarto del fondo de la casa del barrio de mis sueños.
La quietud corre despavorida, cae al agua turbia y algo en mi renace.
Ahora estoy parado, en el centro del universo
mis manos quietas giran para abrazarte y al hacerlo ¡por fin!
solo siento en mi mejilla el frío inveranal de tu rostro que es amor.

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